18 abril 2009

Las bestias urbanas VI. La percepción clausurada



La percepción clausurada. El leopardo de la nieves


Habitualmente uno contempla en el zoológico, animales acostumbrados ya a ser objeto contemplados y clausurados, por caso, han perdido todo instinto de búsqueda de alimentos, al punto que abren sus bocas esperando le arrojen comida y acierten, para facilitar la deglutación. Pero las características de ésta clase de percepción no son naturales. Mas bien son el resultado de un proceso donde se juegan profundas relaciones de fuerza.
El caso más ilustrativo es el de un felino blanco, traído desde las alturas de las montañas de oriente, altamente promocionado por radio y televisión, debido a su reciente adquisición por parte de los propietarios del zoológico. Allí la gente se acerca a mirar, pero la mayoría no lo encuentra. Los niños suelen dar con él, descubierto en lo alto de una montaña de concreto pintado de celeste, que simula ser nieve. Su pelaje claro y manchado, que lo camufla con el habitat, no resiste la mirada inquisidora y atrevida de los niños. El leopardo se encuentra allí arriba, acostado y mirando hacia otro lado, y enseña su lomo a los espectadores. Sólo su lomo, pero de todas maneras las personas se apresuran a mirarlo. Cuando se acostumbre al espacio bajará y entonces ya no será preciso buscarlo.
LL. Julio 2005

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