12 agosto 2009

Colombia. Uribe hasta en la sopa


A pesar de los clamores, quejas e incluso golpes de Estado que suscitan los intereses reeleccionistas de algunos mandatarios latinoamericanos, al parecer no sucede lo mismo cuando quien lo pide es un comedido títere estadounidense. No es ni Hugo Chávez, ni Manuel Zelaya, ni Evo Mórales. Hablamos de Álvaro Uribe, presidente de Colombia, que tras dos mandatos presidenciales quiere continuar en un tercero. Para ello ha solicitado a los congresistas “meter el acelerador” para la aprobación de un referéndum para su reelección en el 2010. ¿Se consternará esta vez el mundo mediático y diplomático?

Una reforma constitucional no sería novedad para Uribe, quien ya cambió los estatutos en 2004 para poder permitir su primera reelección en 2006.

La decisión del mandatario colombiano ha suscitado ya la declinación de otros aspirantes, como el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos. La voluntad de Uribe "despeja hoy el camino y eso permite a los colombianos tener la claridad de que el presidente tiene la voluntad de aspirar" a un tercer mandato, comentó.

Por su parte, el Parlamento colombiano creó una comisión que según medios oficiales tienes el objetivo de estudiar la posibilidad de convocar a una consulta para preguntarle a la ciudadanía si están de acuerdo o no con modificar la Constitución para permitir la segunda reelección de Uribe.
Las posibilidades de que la voluntad de Uribe se cumpla son bastantes. La comisión creada tiene mayoría de fieles al presidente y su trabajo no es tanto evaluar la factibilidad de la consulta como sí la pregunta que finalmente se hará en el referéndum. La Cámara de Diputados ya aprobó un texto que prevé la reelección de Uribe en 2014, mientras que el Senado lo aprobó con fecha de 2010.

"Tiene que ser rápido porque ya los tiempos prácticamente ya no se darían y ese es el afán que tiene el Presidente, si va a haber referendo o no", indicó el senador Juan Carlos Vélez, que también forma parte de la comisión de conciliación. Falta una semana para que se cumpla el plazo establecido para la aprobación del referéndum y el principal problema que afronta la coalición 'uribista' es obtener los votos suficientes para llegar a un acuerdo tanto en la comisión de conciliación como en el pleno del Congreso.

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