Desde Brasil nos llega un caso más de los improbables límites de la industria televisiva. Como no podía ser de otra manera, hablamos de exposición pública de crímenes, cadáveres y sangre. El protagonista en cuestión es Wallace Souza, ex policía y presentador de un programa televisivo de “sucesos” (a falta de otra definición), acusado de contratar sicarios para encargar asesinatos que emitía en su programa.
Uno de los eslóganes de Souza eran las exclusivas televisivas sobre narcotraficantes baleados y cadáveres calientes. Siempre el primero en llegar a la escena del crimen, allí donde fuera. Ahora se especula que el presentador contrataba asesinos a sueldo para facilitar las exclusivas. Sus detractores afirman que el propósito de tal artimaña era aumentar su nivel de audiencia, acabar con narcotraficantes rivales y ganar popularidad política.
Uno de los eslóganes de Souza eran las exclusivas televisivas sobre narcotraficantes baleados y cadáveres calientes. Siempre el primero en llegar a la escena del crimen, allí donde fuera. Ahora se especula que el presentador contrataba asesinos a sueldo para facilitar las exclusivas. Sus detractores afirman que el propósito de tal artimaña era aumentar su nivel de audiencia, acabar con narcotraficantes rivales y ganar popularidad política.
El programa de Souza (que también es diputado del Partido Progresista por Manaos) siempre era el primero en contar los crímenes. Llegaba a la escena incluso antes que la propia policía. En este sentido, Thomaz Augusto Correa Vasconcelos, secretario de inteligencia, declaró que Souza "llegó a crear hechos, ordenaba que se cometieran crímenes para generar noticias".
Además, Souza está acusado de tráfico de drogas y posesión de armas, a pesar de que goza de inmunidad en calidad de parlamentario.
15 personas de su entorno ya han sido detenidas por la policía, y se apunta a que Souza es el cerebro de la organización.
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