02 junio 2009

Obama salva a General Motors en la mayor quiebra en la historia de EEUU

EUROPA PRESS. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió ayer su decisión de intervenir General Motors, con una nueva inyección de capital de 30.000 millones de dólares (21.125 millones de euros) de los contribuyentes, aunque aclaró que su Administración se ha visto obligado a hacerlo, aunque no quería, porque haber permitido su "colapso" habría sido "devastador" para la economía del país y para millones de estadounidenses.
Obama advirtió en una comparecencia pública en la Casa Blanca que el proceso de suspensión de pagos de General Motors iniciado ayer será "más largo" y "costoso" que el que está a punto de concluir su competidor Chrysler ya que, según subrayó, GM es una empresa "más grande" y "compleja", y con operaciones "en muchas partes del mundo", pero aun así confío en que sea lo más rápido posible.
"El colapso del sector sería devastador para nuestra economía", afirmó Obama, quien en varias ocasiones reiteró la importancia de una industria automovilística "competitiva" y "viable", al tiempo que reconoció que se seguirán perdiendo más empleos y cerrando nuevas plantas, y pidió a los consumidores que no teman al proceso de reestructuración porque tendrán "todas las garantías".
"ACCIONISTA REACIO"
El presidente explicó que debido a una situación "heredada" de la anterior administración su gobierno se ha visto en la "ingrata posición" de tener que intervenir en empresas privadas, aunque subrayó que en el caso de GM no tiene intención de dirigir la compañía, que de eso se encargará el consejo directivo que la Casa Blanca actuará como un accionista más.
"Estamos actuando como un accionista reacio, porque es la única forma de ayudar a General Motors ha renacer con éxito", afirmó Obama, quien insistió en que su administración no tiene intención de controlar la gestión de la empresa y que sólo ejercerá sus derechos como "accionista" en momentos de extrema necesidad.
Obama, que reconoció que el proceso de bancarrota "no será fácil para muchos estadounidenses", mostró su convencimiento de que al final surgirá una nueva General Motors más "sólida" y "competitiva" que permitirá que la empresa vuelva a convertirse en una "parte integral" del futuro económico de Estados Unidos.
"SACRIFICIO" PARA LAS GENERACIONES FUTURAS
En este punto, dijo el "sacrificio" que tendrán que hacer muchos estadounidense -y recordó que la crisis en el sector ha dejado sin empleo a 400.000 personas- es necesario para las generaciones futuras, pero supondrá, a su juicio, "el final del viejo GM y el inicio de un nuevo GM" con una posición de liderazgo en la industria con la fabricación de vehículos del futuro "más eficientes y de alta calidad".
Obama intervino horas después de que General Motors presentará la solicitud de suspensión de pagos ante el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York, un proceso de reestructuración que espera que tenga una duración de entre 30 y 60 días, según informó la empresa en un comunicado en el que precisó que la suspensión de pagos no afectará a las operaciones de fuera de Estados Unidos.
General Motors indicó que, en el marco de este proceso, cederá sus activos en Norteamérica a una nueva sociedad que estará participada en un 60,8% por el Tesoro estadounidense, en un 11,7% por los gobiernos de Canadá y Ontario, en un 17,5% por el fondo de pensiones de sus trabajadores y en el 10% restante por sus acreedores.

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