07 julio 2009

China. Regreso del fantasma étnico

China puede sumarse a aquellos Estados que han visto “regresar” el fantasma étnico desde el destierro inventado por el pecado original del Estado moderno: la homogeneización derivada de la fusión unívoca entre Estado y nación, entre política y cultura.

La amenaza proviene de la región musulmana autónoma de Xinjiang, donde cientos de uighures mantienen fuertes enfrentamientos con las fuerzas de seguridad locales. Sólo el estallido del conflicto, hace unos días, se llevó la vida de 156 personas e hirió a más de 800. El conflicto se ha intensificado desde que comenzaron los arrestos arbitrarios de los manifestantes. Hasta el momento hay 1.434 personas detenidas en la comunidad uighur.

El jefe del Partido Comunista en la región, Wang Lequan, ya comentó que a pesar de que los disturbios iniciales han sido disueltos, la "lucha esta lejos de haber concluido". Desde las órbitas estatales se ha iniciado el sofocamiento de una resistencia concebida como separatista. El pasado lunes 5 de julio, la policía dispersó a 200 personas en la mezquita Id Kah (Kashgar).

Xinjiang es junto al Tíbet una de las regiones políticamente más sensibles y delicadas para el Gobierno chino, donde éste ha anunciado importantes mejoras económicas y de infraestructuras. Aún así, las minorías étnicas de la región denuncian que la etnia Han acapara gran parte de los beneficios derivados de los subsidios oficiales. Prácticamente el 50% de los habitantes de Xinjiang (20 millones de personas) son uighures.

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