El ministro de Gobernación Enrique Ortez, del gobierno golpista hondureño, ha renunciado tan sólo una semana después de asumir. Anteriormente había ocupado la cartera de Exteriores, también por una semana. Se entiende que la fugaz carrera de Ortez en el ejecutivo “de facto” de Roberto Micheletti, ha terminado.
Ortez no facilitó ninguna información sobre los motivos de su renuncia. "Me estoy jugando lo que puede ser sacrificar mi credibilidad ante el pueblo hondureño", indicó al asegurar que sigue siendo amigo del presidente golpista, desde que el pasado 28 de junio Manuel Zelaya fuera derrocado el Ejército en connivencia con la Iglesia y la partidocracia nativa. Aún así, trascendió que las razones de Ortez para renunciar pueden estar vinculadas a un incidente ocurrido la semana pasada y que ya implicó su renuncia del ministerio de Exteriores. El tema en cuestión es el deterioro de la relación de la Honduras “de facto” con Estados Unidos (EEUU).
Según Ortez la llegada a Tegucigalpa del secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza (3 de julio), amparada por el gobierno de EEUU, fue una violación a la soberanía hondureña. Ortez confirmó (aunque de manera poco clara): "Estoy diciendo que ellos querían agarrar al embajador Insulza, meterlo en un carro blindado y en vez de pasar por territorio hondureño, pasara directamente de un avión a un carro americano" (…) "qué sería si yo lo hubiera permitido, sin pasar por las autoridades, que ellos actuaran como colonia".
Mientras muchas personas continúan intentado dilucidar la idea que quiso hilvanar el ex ministro “de facto”, también salió a la luz la otra posible razón de la renuncia. Días atrás el susodicho sacó a relucir su más rancia prosapia criolla bananera y llamó al presidente de EEUU, Barack Obama, “negrito” que "no sabe dónde queda Tegucigalpa".
Como era de esperar, cuando estos comentarios llegaron a Washington el embajador de EEUU en Honduras condenó fuertemente la actitud de Ortez y trasladó a los mandatarios locales el malestar de su gobierno. El círculo se pretendió cerrar con una inmediata carta de disculpas de Ortez dirigida a Obama (sin respuesta), aunque unos pocos días después renunció.
El presidente golpista, Micheletti, se ha apresurado a negar cualquier relación de la renuncia con los comentarios racistas de su ex ministro.
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