Si hace unas semanas Colectora Sur informaba de la existencia de un perro fluorescente, ahora debe hacer lo mismo con unos monos japoneses. Es el resultado de la manipulación genética de medusas y monos titíes (callithrix jachus). En estos últimos, las raíces de pelo, piel y sangre se vuelven fluorescente bajo una luz especial, cualidad que pueden transmitir a su prole. El origen de todo esto, según informan los científicos Erika Sasaki y Hideyuki Okano (Universidad de Medicina Keio, Japón), es el estudio de la enfermedad de Parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica. La proteína verde fluorescente brilla con una luz azul ultravioleta, lo que permite a los científicos iluminar células tumorales, rastrear toxinas y vigilar los genes cuando se activan y desactivan.
La noticia ya está recorriendo el mundo, sobre todo dada la novedad de que la cualidad fluorescente pueda transmitirse a la descendencia. Hecho nunca antes logrado en primates. "¡El nacimiento de este tití transgénico es sin lugar a dudas un hito!", saludaron enérgicos y alegres los doctores Gerald Schatten (Universidad de Medicina de Pittsburg) y Shoukhrat Mitalipov (Universidad de Ciencias y Salud de Oregón).
La creación y manipulación genética de estos animales está destinada a la investigación de enfermedades hasta ahora incurables. La utilización de monos titíes es una de las más habituales porque se reproducen rápidamente y son más cercanos genéticamente a los humanos que los ratones y otras especies.
La creación y manipulación genética de estos animales está destinada a la investigación de enfermedades hasta ahora incurables. La utilización de monos titíes es una de las más habituales porque se reproducen rápidamente y son más cercanos genéticamente a los humanos que los ratones y otras especies.
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